San Pedro trotó cien años
en las faldas de unos cerros
y le cantaron los gallos
y le ladraron los perros.
Vamos al trote,
vámonos ya,
vamos, negrita,
vamos al carnaval.
Estando la Virgen lejos,
los santos en un rincón,
el niño también trotaba
de Cultai a Concepción.
Los ángeles que llegaron
se fueron entusiasmando,
se tomaron sus traguitos
y después vamos trotando.
Cuando llegaron las santas
había mucho alboroto,
San Pedro estaba trotando
con los pantalones rotos.